martes, 2 de octubre de 2012

Álex Rovira Celma | Recreación del diario de un niño de 2 años



Esta es una reflexión que nos ayuda a descubrir realmente quiénes somos, y de dónde hemos obtenido las ideas limitadoras que son las que dominan la mente de la mayoría de las personas. También ayudará a quienes tengan hijos, sobrinos, etc., a que eviten este tipo de programaciones.

Jueves, 8.10: He tirado colonia en la alfombra. Huele bien. Mamá enfadada, la colonia está prohibida.
8.45: He tirado el mechero en el café. Me han pegado.
9.00: En la cocina. Me han echado. La cocina está prohibida.
9.15: En el cuarto de trabajo de papá. Me han echado. Cuarto de trabajo también prohibido.
9.30: He quitado la llave del armario. Jugando con ella. Mamá no sabía dónde estaba. Yo tampoco. Mamá me ha gritado.
10.00: He encontrado un lapiz rojo. Pintado en la alfombra. Prohibido.
10.20: He cogido la aguja de hacer punto y la he doblado. He clavado otra en el sofá. Las agujas están prohibidas.
11.00: Tenía que tomar leche. ¡Pero quería agua! Me he puesto a llorar. Me han pegado.
11.30: Roto un cigarrillo. Había tabaco dentro. No sabe bien.
11.45: He seguido a un cienpiés hasta debajo de la valla. He encontrado cochinllas. Interesante, pero prohibido.
12.15: He comido caca. Sabor peculiar, pero prohibido.
12.30: He escupido la ensalada. Incomible. Pero escupir está prohibido.
13.15: La siesta. No he dormido. Me he levantado y me he sentado en la colcha. Helado. Helarse está prohibido.
14:00: He reflexionado. Constato que todo está prohibido ¿Para qué viene uno al mundo?


Científicos estadounidenses llevaron a cabo un estudio con una serie de niños para saber qué oían exactamente al cabo de un día, descubriendo que un niño, desde que nace hasta los ocho años de edad, oye la palabra "NO" un promedio de 35 veces al día.

Probablemente cualquiera de esos niños, a base de oír continuos "NO" y "PROHIBIDO", acabaron por decidir que probar, jugar, arriesgarse, ensayar, en definitiva, vivir, estaba prohibido.

Marcar límites a los niños no es algo perverso o malvado, pero si el "NO" se convierte en un tic, sin tener en cuennta que el niño es una persona que tiene todo el derecho a experimentar con el entorno, se van perdiendo progresivamente la espontaniedad, la capacidad de intimidad, las ganas de escuchar, de compartir, de tomar riesgos, de probar experiencias nuevas.

Entonces te pregunto, esas ideas arraigadas en tu mente, ¿Son realmente tuyas ó te las inculcaron? ¿No estás cometiendo los mismos errores que tus padres, con tus hijos?

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